Sobresimplificando, lo que pasaba en la Nacho desde hace unos meses era lo siguiente: Había una reforma que la rectoría impulsaba y que no parecía ser en absoluto popular; que la mayoría de la gente no conocía y malinterpretaba. Y estaba la gente del movimiento triestamentario, que quería tumbar la reforma por medio de marchas, bloqueos y discursos repetitivos que se volvían una especie de himno en las "asambleas generales". Ambos bandos se caían muy mal, atribuían irracionalidad y maldad el uno al otro, y no había posibilidad de sentarse a dialogar en paz y actitud de escucha.
Pero parece que la cosa podría ser distinta cuando empiece el nuevo semestre en marzo:
(1) Algunas semanas después de que se intentó empezar clases de reposición en enero, la 'mayoría silenciosa' pronunció en algunas facultades un consenso: queremos clases. Tal consenso ha evitado o detenido bloqueos en edificios de la Universidad (o al menos eso tengo entendido). (Ingeniería, sin embargo, empezó a terminar lo que faltaba del semestre pasado este lunes, y hay que entregar notas el viernes.)
(2) Este nuevo semestre trae consigo designación de un nuevo rector, y algunos de los personajes del movimiento triestamentario parecen querer dedicarse a su candidatura. El movimiento, por supuesto, ve en el nombramiento de un nuevo rector la oportunidad de tumbar la reforma y democratizar la Universidad. La rectoría, por supuesto, algo hará por su lado.
(3) Lo más interesante de todo es que se ha ido formando un grupo que no quiere sentar una posición unificada, sino que pretende que la Universidad sea un espacio abierto que reconozca la pluralidad de sus posiciones. Ese grupo busca contrarrestar pacíficamente medidas como los bloqueos, y generar espacios de debate académico, en los que se pueda escuchar opiniones diversas, en torno a la reforma académica y a los mecanismos actuales de designación de rector y de representación en general.
(1) Algunas semanas después de que se intentó empezar clases de reposición en enero, la 'mayoría silenciosa' pronunció en algunas facultades un consenso: queremos clases. Tal consenso ha evitado o detenido bloqueos en edificios de la Universidad (o al menos eso tengo entendido). (Ingeniería, sin embargo, empezó a terminar lo que faltaba del semestre pasado este lunes, y hay que entregar notas el viernes.)
(2) Este nuevo semestre trae consigo designación de un nuevo rector, y algunos de los personajes del movimiento triestamentario parecen querer dedicarse a su candidatura. El movimiento, por supuesto, ve en el nombramiento de un nuevo rector la oportunidad de tumbar la reforma y democratizar la Universidad. La rectoría, por supuesto, algo hará por su lado.
(3) Lo más interesante de todo es que se ha ido formando un grupo que no quiere sentar una posición unificada, sino que pretende que la Universidad sea un espacio abierto que reconozca la pluralidad de sus posiciones. Ese grupo busca contrarrestar pacíficamente medidas como los bloqueos, y generar espacios de debate académico, en los que se pueda escuchar opiniones diversas, en torno a la reforma académica y a los mecanismos actuales de designación de rector y de representación en general.
Quisiera quedarme acá este semestre para ver cómo se desenvuelve este rollo. Parece que está saliendo a flote un tercer personaje en esta historia, y cuando hay tres personajes la historia se pone mucho más interesante.
3 comments:
Esa imagen es muy buena... dígame si no.
me si no.
¡Carajo! Ya se va a caspear mi viñeta favortia. Eh, ola....
Sobre lo de la U, fresco que yo me quedo y lo estoy contando.
Por ahí lo extrañamos en los últimos claustros.
Post a Comment