Los calasancios se toman blogger poco a poco

Una curiosidad histórica: el equipo Calasanz de Baloncesto de 1958.

Imagen tomada de la página del colegio.

Después de su oscuro pasado anarquista y de su devoción a los Ramones; después de dormirse ante todos los profesores del Calasanz, incapaces de impedírselo; después de agarrar y luego dejar libre al contrabajo; después de declarar su amor a una muchacha en una buseta que atravesaba Chapinero; después de meterse unas florecitas en la nariz junto a ese extraño sujeto a su izquierda (cf. supra, fotico); después de que le regalaran por meses enteros las entradas a los conciertos más apetecidos (y a los más desagradables) de Bogotá; después de dedicarse unos meses a escribir sobre famosos...

Después de todo eso, el señor Jorge Patiño ha decidido abrir el patio trasero de su mente, haciendo evidente la lenta colonización de blogger por parte de los calasancios. (Muy poblado es ese patio, por cierto, tanto como esperamos que lo sea su blog).

La curuba de Patiño.

fe

Usted camina por una calle de Bogotá. Después de comer un chocolate, se queda con la envoltura en la mano, así que decide conservarlo en su mano mientras encuentra algún lugar para dejarlo. Luego de caminar un rato, a unos cuantos metros, ve una caneca de basura. Usted apunta y lanza el papel, pero falla el tiro. Piensa en agacharse a recogerlo, pero cuando mira hacia el suelo se da cuenta de que hay decenas de papeles y plásticos ahí, que nadie nunca recogió.

Entonces se pregunta: "Con esa cantidad de basura en la calle, ¿qué sentido tiene recoger mi infinitesimal papelito, si este lugar está tan lleno de basura?, ¿qué sentido tiene, si no va a hacer ninguna diferencia?"

dos de mis amigos ñoños

Yo me gradué del colegio Calasanz de Bogotá. Estoy convencido de que no podría haber dado con un mejor colegio para mí. (No estoy tan seguro sobre si ahora sigue siendo tan bueno... pero ése no es el tema.)

En diciembre del año 1999 me gradué de ese colegio, con unas personas muy ñoñas (o muy brillantes, o ambas cosas). Una de esas personas es Camilo Carrillo, quien durante este semestre está de paseo por el CERN, el laboratorio de física de partículas más grande del mundo. Otro de esos sujetos se llama Juan Diego Caycedo, quien este semestre comenzó su doctorado en el Instituto Matemático de la Universidad de Oxford.

Esos dos son los culpables de mi cariño por el software libre. No soy tan constante como ustedes con eso, señores, pero no me he rendido. Tal vez algún día no sólo la mayoría del software, sino también de las publicaciones académicas -y quizá de muchas otras cosas- serán de acceso libre.

Sirva este post como un homenaje para mis amigos ñoños en la distancia.

Son chébres, señores.

Cálico

Gracias a Galvis, tengo un nuevo héroe.
(Cuando entren, a la izquierda dice "capítulos". Hagan click ahí.)
(Si no les funcionan los videos, puede ser porque no han bajado la última versión del plugin de Flash. hagan click acá para bajar Flash Player 8.)

¡Sonrían!

Íbamos a la reunión del Departamento el jueves por la tarde. Juan Pablo Galvis insistía en que tomáramos fotos esa tarde, que había traído la cámara. Pasábamos frente al edificio de lingüística y vimos a cuatro personas sentadas frente a él, y junto a ellas la puerta taponada con algunos pupitres.

No resistí la tentación. Me les acerqué, apunté y...


Entonces voltearon a mirarme, y les dije:

"¡Sonrían!"

¡Y SONRIERON!

Noel es una maravilla de ser humano.

ilustración & humanidad

Los que nos la pasamos metidos en filosofía solemos tener una creencia firme en que la razón es la chimba. Nos permite conocer, comunicarnos, dudar, avanzar, divertirnos.

¿Qué tanto importa la razón en el mundo humano, realmente? ¿Por qué creemos que es tan importante para el diálogo y el acuerdo, tanto teórica como ética y políticamente? Los de filosofía estamos en la mala al creer eso. La Universidad Nacional de Colombia es el ejemplo más contundente:

La razón no es universal.

La gente no es racional.

Nadie (o casi nadie) basa sus acciones en el peso de los argumentos.

Ningún conflicto se soluciona por medio de la razón.

Lo único importante de la razón es no atribuirsela al contrincante, y hacer creer a los incautos que uno es el dueño absoluto de ella.

Mañana van a bloquear de nuevo.

¿Algún día veremos un acuerdo?