Thursday, July 06, 2006

lo que se llama un poco de sabiduría

"- QUE CAMBIARIAS DE TU VIDA?
- El estar siempre queriendo cambiar algo."

J.C.G.

Saturday, July 01, 2006

De arriba abajo y de izquierda a derecha: Omar II, Laura Gómez, Lalo I.
Al fondo a la izquierda, parte de la antigua basílica de la Señora de Guadalupe
(nótese cómo está de inclinada con respecto al suelo).
Al fondo a la derecha, parte del campanario.
México DF


Lalo I tiene 11 años. Vive en uno de los dos hogares Calasanz de la Ciudad de México (lo cual implica que en algún momento de su vida temprana tuvo que sobrevivir en la calle). Padece atrofia muscular espinal progresiva de III grado. Cuando pequeño aprendió a caminar, pero ahora no lo hace; sus nervios motores se deterioran poco a poco, de modo que cada día le es más difícil moverse.
No sería raro sentir pesar -yo no siento eso cuando pienso en él. Más bien siento agradecimiento, porque durante estos meses me reflejó rayitos de la luz de Dios.
Lalo I ama a los pumas de la UNAM; por eso conectamos desde el comienzo: A mí me caen bien (porque son de la UNAM) y mis vecinos, que estudian en la UNAM, me llevaban al estadio a verlos; mientras los veíamos, me enseñaban canciones de la barra. Yo hice que mis vecinos me escribieran las canciones y se las llevé a Lalo (intentando hacer que de paso practicara sus habilidades de lectura). Le ha hecho reír mucho una canción dedicada a los policías que guardan el orden entre las barras durante los partidos:
Policía, policía,
que tan triste se te ve,pues cuando sales a la canchatu mujer se va a coger.
Lalo I es muy hermético con la mayoría de la gente, pero a mí me confesó su gran sueño: quiere ser arquero de fútbol. Hoy, durante nuestro penúltimo encuentro (o el último quizá) me invitó a jugar fútbol con él. Yo lanzaba tiros al arco y él se estiraba para detener el balón. Finalmente me ganó: 19 tiros detenidos contra 17 goles. No estuvo nada mal. Él sonrió desde el comienzo hasta el final.

De izquierda a derecha, de arriba abajo: Jonathan, Sergio (su hermano mayor), Lalo I.
Al fondo, la nueva basílica de la Señora de Guadalupe, en México DF


Después de un rato de juego llegaron otros muchachos del hogar, más grandes y mucho más fuertes que él. Los otros niños, ellos mismos cargando una herida en el fondo de su alma, muchas veces se desquitan con él sin que les cueste mucho trabajo. Por eso Lalo I la mayoría de las veces no se muestra libremente ante ellos, sino que cuando lo molestan guarda silencio y dirige su mirada hacia otro lugar.

Esta noche quiero darle gracias al Dios del Amor por permitirme compartir con Lalo I, por permitirme ver Su presencia en él, y pedirle que haya mucha gente en el futuro de Lalito a la que él pueda confiarle sus sueños, y enriquecerlos así inmensamente.
A los lectores que así lo quieran, les pediría que dedicaran un rato a pedir a lo Sagrado que encienda muchas luces para Lalito, uno de Sus nobles reflejos.

Lalo I. A la izquierda, la entrada de la nueva basílica de la Señora de Guadalupe, en México DF